LA ESPECIE
Tapirus pinchaque
Presentamos una síntesis de la información disponible sobre diferentes aspectos de la historia natural de la danta de montaña que han sido compilados de diferentes fuentes. Esperamos añadir continuamente nueva información a medida que se disponga de nuevos conocimientos sobre la especie a través de la investigación.
Photos ©2017 Fondation Segré World Tapir Conservation Programme
Datos de historia natural
La danta de montaña fue descrita por primera vez para la ciencia por Roulin en 1829, quien utilizó el nombre de pinchaque, cuyo significado en la lengua de los indígenas de la región del Cauca (Colombia) era espectro o fantasma.
La danta de montaña es una de las cuatro especies de dantas modernas, que sin embargo mantienen rasgos primitivos de ancestros de hace cincuenta millones de años. La danta de montaña es la única especie presente en las altas montañas andinas.
Distribución
La danta de montaña se distribuye en la región andina desde el norte de Perú hasta el centro de Colombia, principalmente por encima de los 2400 m, donde domina el bosque y el páramo andino.
En Perú se distribuye en el norte del país, en Ecuador se distribuye a lo largo de la cordillera oriental y en Colombia está presente en la zona del Macizo Colombiano y hasta el centro de las cordilleras central y oriental.
Morfología
La danta de montaña es un mamífero de tamaño medio con una longitud media de la cabeza a la cola de 180 cm y una altura al nivel del hombro de 90 cm. Tiene un pelaje grueso y oscuro que la protege de las bajas temperaturas que predominan en su hábitat. Como las otras dantas, tiene tres pezuñas en las patas traseras y cuatro en las delanteras. No existe un dimorfismo sexual marcado, aunque las hembras maduras suelen ser más grandes que los machos de edad similar.
Los sentidos más desarrollados son el olfato y el oído, mientras que su vista es comparativamente menos desarrollada. Tiene una llamativa franja de pelo blanco alrededor de los labios y cuando alcanza la madurez, muestra una zona sin pelo en la parte baja de la espalda, donde se forma una especie de callosidad brillante.
Dieta
Al igual que las demás especies de dantas, la de montaña tiene un sistema digestivo simple, poco eficaz para la digestión de la celulosa. Por ello, es más bien un ramoneador que busca los brotes tiernos de los arbustos, de ahí su alargada trompa que le ayuda a alcanzar estos brotes y a manipularlos para llevarlos a su boca. En cuanto a las plantas que consume, no parece ser muy selectivo, ya que necesita consumir grandes cantidades de forraje para obtener la energía y los nutrientes que necesita. Su limitada capacidad para digerir la celulosa parece motivarle a buscar activamente frutos silvestres de más fácil digestión. Suele complementar su dieta en los salados que se encuentran dentro de sus áreas de distribución, que son un recurso fundamental para la especie.
Reproducción
Las hembras de danta de montaña dan a luz a una sola cría tras un periodo de gestación de 13 meses. La cría permanece con su madre durante al menos un año, por lo que normalmente una hembra acaba produciendo una sola cría cada dos años. Se desconoce la edad máxima a la que una hembra puede reproducirse en la naturaleza. Estas bajas tasas de reproducción hacen que la especie sea muy vulnerable a la pérdida de individuos por cacería.
Patrones de actividad
Las dantas de montaña son más activas por la noche, aunque hay registros de actividad a todas horas del día. Sin embargo, por la noche evitan ser molestadas por los insectos y están menos expuestas a los depredadores, aunque la especie tiene pocos enemigos naturales dado su gran tamaño. Los ejemplares jóvenes y los cachorros son vulnerables a ser atacados por los osos de anteojos y los pumas. Los patrones de movimiento no parecen ser muy amplios, manteniendo áreas de actividad limitadas, donde parecen encontrar los recursos necesarios para vivir sin gastar tanta energía desplazándose a otras zonas. Sin embargo, es posible que en épocas de fructificación busquen activamente los frutos silvestres que caen al suelo, lo que puede influir en sus patrones de movimiento.
Organización social
Las dantas de montaña se consideran animales solitarios que sólo se aparean durante la época de reproducción y cría. El análisis de las imágenes obtenidas con cámaras trampa muestra grupos de hasta tres individuos que acuden a los lamederos de minerales al mismo tiempo; sin embargo, se desconocen las implicaciones de esto en su interacción social.
Las crías permanecen con la madre durante aproximadamente un año, cuando comienzan a mudar su pelaje juvenil, caracterizado por un patrón de manchas alargadas que les permite camuflarse de los depredadores.
Agresión
Las dantas de montaña suelen ser mansas, pero cuando se sienten amenazadas se defienden mordiendo y pateando. Se ha informado de que los perros de los cazadores han sido asesinados por las dantas de montaña acosadas durante las operaciones de caza.
Comunicación
No hay información detallada sobre cómo se comunican las dantas de montaña entre sí. Aunque se sabe que utilizan silbidos agudos para comunicarse y que utilizan la orina para marcar su territorio; se necesitan más estudios sobre este tema.
Densidad poblacional
Aunque no hay estudios a largo plazo con tamaños de muestra adecuados para sacar conclusiones definitivas, se ha determinado una densidad de 1 individuo por cada 600 hectáreas de hábitat. Sin embargo, hay muchas inconsistencias en los estudios que se han desarrollado hasta ahora sobre este tema, por lo que estos datos son todavía preliminares. Es posible que en diferentes circunstancias las distintas poblaciones tengan densidades diferentes, por lo que no es posible tener una cifra absoluta para toda la especie.
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